Somos la primera
generación de la historia que forma parte de una sociedad inmersa en un
proceso imparable de desmaterialización; mientras que como arquitectos continuamos
trabajando con la lenta y costosa transformación de la materialidad. La información se ha situado en
el centro del desarrollo económico, político, social y cultural de nuestra
sociedad, y marca cada uno de
nuestros pasos. El paradigma informacional alrededor
de las tecnologías de la información y la comunicación es el motor de
los nuevos modos de producción, de vida y hasta de pensamiento, en los que el
espacio y el tiempo son dos ejes esenciales sobre el que se proyecta esta
transformación. ¿Qué no se puede reducir a información? Todo lo que nos rodea menos
aquello que nos hace ser, aunque se intente. Este es el punto de partida para entender una nueva materialidad
producto de la profunda transformación social en la que estamos sumidos.