17.12.13

Nuevas tecnologías para un nuevo orden informacional



Nuestras vidas se desarrollan en torno a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) convertidas -en pocos años- en herramientas impulsoras de una transformación global; tecnologías a partir de las cuales se estructura el nuevo paradigma informacional (Castells 2011), eje de un desarrollo donde las redes de ciudades globales y las conexiones que las unen son el motor del mundo global. Estas nuevas tecnologías permiten una comunicación constante entre nodos-ciudad impulsores del desarrollo del sistema en el que nos encontramos. Vivimos inmersos en unas nuevas redes de comunicación que estructuran nuestra sociedad de forma permanente y ubicua, a través de unas tecnologías de naturaleza plástica y flexible basadas en el código abierto, pero al mismo tiempo sometidas a un nuevo neodarwinismo, ahora informacional. Las TIC’s están basadas en el desarrollo de la microelectrónica y la nanotecnología, así como en la biotecnología, avances estos permiten la construcción de una Sociedad Red capaz de vencer los límites del tiempo y del espacio histórico precedente. De esta manera estamos superando la forma de organizarnos de una era industrial que, hasta hace poco, impregnaba todas las esferas de la actividad humana.
Estas nuevas tecnologías tienen la capacidad de expandirse e introducirse en todos los ámbitos de nuestra vida, hasta convertirse en la materia prima de la que nos nutrimos como sociedad. Se crean redes informacionales que se organizan permanentemente mientras promueven la convergencia hacia un sistema concentrado y globalizado, y a la vez que fragmentado y descentralizado.
La Sociedad Red centra su devenir en la capacidad de organizarse de forma local para luego llegar a reconocerse globalmente; una sociedad donde las instituciones, las organizaciones y los actores sociales se ven forzados a reformularse para mantenerse en el centro del debate social. Es en este contexto que nos vemos obligados a redefinir nuestro papel como ciudadanos, en una democracia que se ve empujada a abrir nuevos espacios para la participación. Nos encontramos delante de nuevas redes relacionales que nos permiten ser actores activos de los cambios paradigmáticos que vivimos.