19.9.13

La ciudad consumida



"Las primeras ideas que la palabra "ciudad" evoca en nuestras mentes son concretas y visuales. Imaginamos un conglomerado de edificios tan cercanos entre sí y con una población tan apretadamente amontonada dentro de su superficie, que los habitantes de la ciudad no pueden obtener, dentro de los límites de ésta, su suministro de alimentos. Están obligados a importarlo de los campos vecinos, y, por tanto, tienen que producir determinadas mercancías y ofrecer determinados servicios, o ambas cosas a la vez, que los productores rurales acepten a cambio de los alimentos que los ciudadanos necesiten."
 Ciudades de destino, Arnold J. Toynbee, pág. 31


"La historia de la publicidad está ligada a la historia de la ciudad. en las sociedades o en las épocas en las que la población no se constituía en ciudades o -por la razón que fuera- las abandonaba, la publicidad, incluso en sus manifestaciones más elementales, dejaba de tener función alguna. Independientemente de su tamaño, una ciudad está caracterizada por la agrupación de gente que no produce suficientes bienes básicos para auto-abastecerse. Su supervivencia depende del comercio con las regiones productoras de alimentos. Su supervivencia depende, por tanto, de que en el reducido espacio que, en relación a la población, siempre constituye la ciudad, se produzca alguna mercancía o se ofrezca algún servicio que pueda canjearse por esos imprescindibles alimentos.

Donde haya ciudad habrá comercio, y donde haya comercio se hará necesario llamar la atención, aunque sea con algún método tan rudimentario como una hoguera encendida en la playa para avisar de que ha llegado el barco mercante. La caravana o el buhonero cargado de telas, vasijas, o cualquier otro fruto del trabajo artesano, dispuesto a ser canjeado o vendido, tendrán que dar noticia de su presencia. Y cuando las ciudades crecen y se convierten en populosas urbes, incluso dentro de su perímetro, el tejedor, el alfarero o el tendero corren el riesgo de pasar inadvertidos, y entonces la calidad de sus géneros ya no será razón suficiente para que, sin ninguna clase de ayuda, los clientes puedan llegar libremente a ellos. Los comerciantes tendrán que hacerse notar, y cuando mayor sea el ruido que se levante en esa gran urbe, mayores tendrán que hacerse sus gritos. (...)"
Historia de la publicidad, Raúl Eguizábal Maza, pág. 19

 "Las luces, la música, el mobiliario y el elenco de empleados crean la sensación no diferente a una comedia cuyo protagonista es el comprador."
The Entertainment Economy, Michael Wolf, pág.68

"Lo que hay no es angustia, sino un consumismo desenfrenado."
Tom Freston, ejecutivo de MTV, explicando el contenido de MTV India en junio de 1997

" Vicent: ¿Sabes una cosa divertida de Europa?
Jules: ¿Qué?
Vicent: Las pequeñas diferencias. Ellos tienen la misma porquería que tenemos aquí; pero todo es un poco diferente (...). ¿Sabes cómo llaman al cuarto de libra con queso en Paris?
Jules: ¿No lo llaman cuarto de libra con queso?
Vincent: ¡No, ellos tienen el sistema métrico decimal y no tienen ni puñetera idea de lo que es un cuarto de libra!
Jules: ¿Entonces cómo lo llaman? Vincent: Lo llaman... "Royale With Cheese".
Jules: "Royale With Cheese"... ¿y cómo llaman al "Big Mac"?
Vincent: Bueno, un "Big Mac" es un "Big Mac"... pero lo llaman "Le Big Mac" Jules:"Le Big Mac"... ja, ja,ja... ¿y cómo le dicen al "Wopper"?
Vincent: No sé, no entré al Burger King."
Pulp Fiction, Quentin Tarantino, 1994

(Fotografía Marc Chalamanch, Times Square, New York 2010) 

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