La socióloga y economista Saskia Sassen publicó en el
año 2007 el libro Una sociología de la
globalización, que a pesar de los años transcurridos continua siendo una
fantástica herramienta para entender el mundo globalizado en el que nos estamos
adentrando. En su prefacio plantea que tiene como objetivo trazar el mapa de un
tema muy amplio pero sin sacrificar su complejidad, a sabiendas de que los
procesos transnacionales de globalización política, económica y cultural
enfrentan a las ciencias sociales con una serie de desafíos teóricos y
metodológicos. Este libro busca desmenuzar un mundo globalizado que intenta superar las antiguas
barreras físicas y psicológicas que la historia nos ha dejado. Cambios estos
que afectan a nuestra sociedad en todos sus ámbitos (sociales, políticos,
culturales, tecnológicos y económicos) y en consecuencia a la ciudad que se
convierte en una de las grandes protagonistas.
Una sociología de la globalización
desgrana la transformación del mundo hacia el nuevo paradigma que
significa la sociedad de la información, reuniendo diferentes temas sobre los
que Saskia Sassen ya había escrito anteriormente: la situación de los Estados
frente a una economía global y las redes digitales; las ciudades globales como
nodos principales de un mundo globalizado; los nuevos movimientos migratorios y
las nuevas clases sociales, y los nuevos actores locales en la política global
en un mundo conectado por las redes digitales. Investigaciones que desarrolla
en función de las
estructuras, las instituciones y las acciones propias de las categorías
clásicas de la investigación sociológica.
La autora desarrolla su argumento
partiendo de la pérdida de centralidad que está padeciendo el Estado-nación en un mundo
globalizado, y a lo largo del
libro profundiza en la creciente desnacionalización
de las estructuras de poder provocada por el proceso de globalización. Ahonda
en la implicación que estos cambios tienen en la transformación social en las
diferentes escalas locales, regionales, nacionales y globales de una sociedad
obligada a adaptarse al cambio permanente.
En el primer capítulo del libro,
Elementos para una sociología de la globalización, desarrolla su visión sobre
la relación entre la desnacionalización de los Estados-nación -que llegan a
reformular las relaciones de poder entre las escalas locales, capitaneadas por
las ciudades- y las empresas globales producto de una economía global. Sassen
expone las bases argumentales que después irá desarrollando en su obra a través
de enfoques más particulares y de una serie de ejemplos o procesos a veces ya
conocidos.
Para Saskia Sassen los procesos transnacionales en los que se
encuentra el mundo, tales como la globalización política, económica y cultural,
enfrentan a las ciencias sociales a desafíos teóricos y metodológicos
absolutamente nuevos. En esta
línea desarrolla las ideas de desnacionalización y de procesos multiescalares que son la
base de una sociología de la globalización. Para ello disecciona la relación
entre el Estado-nación con la nueva economía global y las redes digitales; la
recuperación de lo local y la idea de lugar junto con las prácticas sociales
para la construcción de una ciudad global; la importancia de los movimientos
migratorios internacionales en las diferentes clases sociales y sus
problemáticas en la ciudad global, y la formación de nuevas clases globales y
la emergencia de actores locales en la política global, para terminar con la
consolidación de nuevas formaciones sociales.
El libro afronta la visión de una globalización donde se forman
procesos e instituciones globales. Pero al mismo tiempo, se muestran los
procesos en los que están inmersos los territorios nacionales, sus diferentes
redes y las entidades transfronterizas que a pesar de formar parte de la
globalización y ser capaces de desestabilizar las jerarquías centradas en el
Estado-nación, no están dentro de lo que podríamos denominar la escala global.
Profundiza en el cambio de posicionamiento estratégico de los lugares que
articulan el sistema nacional para generar uno nuevo en el momento en que se
reformula toda la escala de valor. Muestra cómo se debilita la escala nacional
para que se fortalezcan la subnacional (ciudades y regiones) y la supranacional
(mercados globales digitales). Este mundo global opera a nivel multiescalar, de tal manera que
el Estado va perdiendo paulatinamente su franja de poder y el control sobre lo
que eran sus formas tradicionales de desarrollo, para encontrarse inmerso en
una continua búsqueda de un nuevo posicionamiento y de un nuevo ámbito de poder
dentro de un mundo globalizado que demanda una fuerte relación de necesidad
entre lo local y lo global, un hecho que ayuda a este proceso de
desnacionalización de los Estados-nación.
“(…) Cuanto más se globalizan y digitalizan las operaciones y los mercados
empresariales, más complejas y estratégicas se vuelven las funciones de gestión
centralizada y de servicios especializados (y las correspondientes infraestructuras
y las instalaciones necesarias), con lo que las empresas se benefician de las
economías de aglomeración. En distintos grados, estas economías de
aglomeración aún son posibles gracias a
la concentración de recursos múltiples en un territorio, es decir, son posibles
en las ciudades.” p. 28
“Las nuevas redes que conectan a las ciudades mediante una variedad de
actividades y de nuevas instituciones son un ejemplo de lo global constituido
en diversos territorios subnacionales y con una intensidad cada vez mayor.” p. 35
“La ciudad global no existe como entidad por sí misma, sino por su conexión
con otras ciudades, y en este sentido se da una gran diferencia con las
antiguas capitales de los imperios.” p. 40
En el segundo capítulo del libro,
titulado El Estado frente a la economía
global y las redes digitales, se analiza en un formato académico tradicional la
relación entre el Estado y la globalización. Saskia Sassen señala la capacidad
de la globalización para hacer disminuir la influencia de los Estados-nación en
el desarrollo en las diferentes escalas y de sus ámbitos de poder. Una lucha de
poder entre escalas donde el Estado aún tiene un papel estratégico al poseer la
capacidad de hacer cumplir objetivos a través del poder coercitivo que todavía
mantiene. El Estado es un interlocutor capaz de articular estrategias de acción
colectivas que de otra manera serían imposibles de establecer, razón por la
cual la autora defiende unas estructura multiescalar donde no desaparezca
ninguna de las escalas hasta ahora existentes, sino que surgen otras nuevas y
las que ya existían se reformulan para adaptarse a las nuevas cotas de poder y
a las novedades tecnológicas, que son el motor sobre el que se hace posible
este cambio de paradigma global. En definitiva, lo nacional y lo global se
necesitan para el desarrollo de los procesos cada vez más complejos que
articulan las diferentes escalas, gracias a las tecnologías de la información y
la comunicación.
“(…) el Estado no sólo no
excluye lo global, sino que es uno de los dominios institucionales estratégicos
donde se realizan las labores esenciales para el crecimiento de la
globalización. (…) el Estado se convierte en el espacio donde se dan ciertas
modificaciones de base que afectan la relación entre el dominio público y el
privado, así como su propio equilibrio interno de poder, y el campo más amplio
de las fuerzas nacionales y globales en el que debe funcionar.” p. 62
“(…) el Estado no es una “víctima” de los procesos globales, sino que
participa en su implantación. A su vez, cuando se establece la inserción de lo
global en lo nacional, también puede demostrarse que esa participación del
Estado conlleva una desnacionalización de ciertas funciones y facultades
estatales. Por otro lado, es útil para señalar que, dada esa inserción, la
variedad de modos de participación estatal podría ser mucho más amplia que en
la actualidad, cuando en gran medida se limita a la profundización de la
globalización económica.” p. 73
“En su conjunto, la red de ciudades globales ofrece una infraestructura
crítica en red para la gestión y el control de la economía global, con una
especificidad considerable en sus funciones. Todo esto genera una serie de
divisiones del trabajo entre diversos conjuntos de ciudades que contribuye a
una articulación distintiva de la economía global”. p. 88
“La necesidad de la economía global de producirse, reproducirse, abastecerse
de servicios y financiarse. (…) Las ciudades globales son lugares estratégicos
para la realización de dichas funciones, cuyo fin es gestionar y coordinar el
sistema económico global”. p. 93
El
capítulo Ciudades globales: la recuperación del lugar y las prácticas sociales
es el que Saskia Sassen coloca la ciudad en el eje principal sobre el que se
articula la producción de la globalización, el lugar de centralidad de lo local
que es el complemento ideal para lo global. Es en las ciudades globales donde
las empresas multinacionales encuentran el sitio donde asentarse hasta llegar a
transformarlas con sus nuevas demandas y exigencias. Pero también las empresas
multinacionales están transformando la forma de vida de los habitantes de las
ciudades convertidas en globales. Los ciudadanos ven cómo aparecen nuevas
formas de trabajo, y cómo crece la hipermovilidad de las empresas globales y la
de sus trabajadores, tanto de los de más alto nivel como los de los más
desfavorecidos. Estos trabajadores desfavorecidos sirven a las grandes empresas
globales en los trabajos menos visibles, pero que al mismo tiempo son puestos
que resultan imprescindibles. La ciudad se convierte en el centro de los
estudios sobre la globalización, en ella se encuentra la capacidad para crear
la masa crítica necesaria capaz de producir el conocimiento que genera una
transformación global basada en las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, y la economía global.
“Las imágenes que dominan el
discurso sobre la globalización económica son la hipermovilidad, la capacidad
de comunicación global y la neutralización del territorio y de la distancia.” p. 125
“¿Por qué es importante
recuperar las categorías de lugar y de proceso de producción para el análisis
de la economía global, sobre todo en el caso de las grandes ciudades? Porque
dichas categorías permiten observar la multiplicidad de economías y culturas
del trabajo donde se inserta el sistema económico global, así como también
recuperar los procesos concretos y localizados que materializan la
globalización y afirmar que el multiculturalismo de las grandes urbes forma
parte de ese fenómeno tanto como el mercado financiero internacional. Por
último, el lugar y los procesos de trabajo nos permiten describir los
caracteres específicos de una geografía de territorios estratégicos a escala
global. Una nueva geografía de la centralidad.” p. 126
"La actual tendencia hacia una especie de
urbanización de importantes dinámicas globales, aun cuando sea parcial,
reposiciona a la ciudad como objeto de estudio. Y, una vez más, se plantea la
pregunta: ¿de qué se habla hoy en día cuando se usa el término
"ciudad"? Hace tiempo que la idea de ciudad es un concepto debatible,
tanto en los textos de otras épocas (Lefebvre,174; Lastells, 1977; Harvey,
1982) como en las obras recientes (Brenner, 1998; Lloyds, 2005; Paddison, 2001;
Drainville, 2004; Salter, 2006). En la actualidad, se está dando una
desarticulación parcial del espacio nacional y de la jerarquía tradicional de
escalas centrada en lo nacional, donde la ciudad quedaba anidada entre lo local
y lo regional. Esta desarticulación, aunque sea parcial, dificulta una
conceptualización de la ciudad dentro de dicha jerarquía. (...) Las ciudades
emergen como una instancia territorial o escalar dentro de una dinámica
transurbana. Aquí no se concibe a las ciudades como unidades cerradas, sino
como estructuras complejas donde se puede articular una variedad de procesos
transfronterizos que son reconstituidos como condiciones parcialmente urbanas.
Es más, las ciudades globales no pueden ubicarse con facilidad dentro de una
jerarquía escalar, por debajo de lo nacional, lo regional y lo global, ya que son
uno de los espacios de lo global, donde dicha escala se inserta directamente,
con frecuencia pasando por alto lo nacional." p. 131
"Las ciudades son territorios donde
interactúan tendencias importantes, y a menudo complejas, lo que rara vez
sucede en otros ámbitos. (...) La sociología enfrenta el reto de recuperar la
noción de lugar en el contexto de la globalización, las telecomunicaciones y la
proliferación de las dinámicas transnacionales y translocales. Tal vez sea una
de las ironías de este nuevo siglo el hecho de que los viejos interrogantes de
la escuela de sociología urbana de Chicago hayan resurgido como elementos
prometedores y estratégicos para comprender ciertas cuestiones fundamentales de
la actualidad." p. 133
"La ciudad global constituye uno de los
nexos donde se materializan y se vuelven concretas nuevas reivindicaciones
políticas. El debilitamiento del poder nacional genera la posibilidad de nuevas
formas de poder y de política a nivel subnacional. Es más, en tanto se va
fracturando el ámbito nacional como contenedor de los procesos sociales, en sus múltiples modalidades se
abren nuevas posibilidades para una geografía política transfronteriza que
vincule los espacios subnacionales y en la que las ciudades tienen un papel
protagónico." p. 136
"El conjunto de estas tendencias constituye
nuevas geografías de la centralidad y la marginalidad que atraviesan la vieja
división entre países ricos y pobres. Esta nueva geografía de los centros y de
los márgenes que se evidencia en las grandes ciudades, tanto en los países
desarrollados como de naciones en vías de desarrollo, no sólo contribuyen a
reforzar las desigualdades existentes, sino que pone en marcha todo un espectro
de nuevas dinámicas de la desigualdad." p. 151
"El espacio conformado por la red mundial de
ciudades globales, con su nuevo potencial político y económico, tal vez sea uno
de los espacios más estratégicos para la formación de nuevos tipos de
identidades y comunidades, incluso transnacionales. Se trata de un espacio que
se centra en el territorio y se inserta en lugares determinados y estratégicos,
pero que a la vez tiene carácter transterritorial porque vincula ciudades que
no comparten una proximidad geográfica. En este contexto, surge la posibilidad
de un espacio para una nueva política transnacional, inserta al menos
parcialmente en la política de la cultura y la identidad, pero a la vez
superadora de ésta. En tanto la centralidad del lugar en el contexto de los
procesos globales genera una apertura económica y política transnacional para
la formación de nuevas reivindicaciones e incluso de nuevos derechos, sobre
todo relacionados con el lugar. Esto podría también contribuir a la formación
de nuevos tipos de "ciudadanía" y a una diversidad del espacio urbano
como las nuevas reivindicaciones por parte de los actores transnacionales y de
actores localizados transforman la ciudad global en una zona fronteriza para un
nuevo alineamiento político-económico." p. 164
El cuarto
capítulo, La conformación de los movimientos migratorios internacionales,
expone cómo las necesidades de las empresas transnacionales están provocando
movimientos migratorios a nivel global que superan las fronteras del
Estado-nación: movimientos migratorios que afectan a todas las clases sociales,
de manera legal e ilegal, y que están sujetos a las nuevas e imprevisibles
dinámicas de la economía global.
"La exportación organizada de mano de obra,
ya sea legal o ilegal, se ve facilitada en parte por la infraestructura técnica
y organizativa de la economía global, es decir, por la formación de los
mercados globales, por el fortalecimiento de las redes transnacionales y
translocales y por el desarrollo de métodos de comunicación tecnológicos que
escapan sin dificultades a los medios convencionales de vigilancia. (...) Dado
que la globalización ya cuenta con una infraestructura institucional, los
procesos que antes se daban básicamente a escala nacional pueden trasladarse a
la escala global." p. 191
Este
cambio paradigmático está creando unas Nuevas clases globales que se detallan y
da título al capítulo quinto. La
globalización está formando unas nuevas clases sociales bien reconocibles, al
mismo tiempo que cobran fuerza algunas otras ya existentes pero menos
reconocidas hasta el momento. Saskia Sassen las divide en las élites
transnacionales -profesionales que controlan los medios de producción global-,
las redes transnacionales de funcionarios públicos -clase burocrática global-,
y la clase global de los desfavorecidos. Todos ellos constituyen los microactores de la sociedad
civil global que en la ciudad también crean sus microespacios adaptados a sus
necesidades. De esta manera las clases globales, junto con los nuevos actores
políticos locales, constituyen nuevas formas de imbricación local-global que
llegan a superar la jurisdicción del Estado-nación.
"(...) En los tres casos (el nuevo estrato de profesionales y
ejecutivos transnacionales, los funcionarios públicos de distintos países que
surge de la proliferación de redes transnacionales y la combinación de grupos
de trabajadores migrantes desfavorecidos) se observan formas de globalidad que
no corresponden al cosmopolitismo. Aunque pueda resultar asombroso, cada una de
las clases globales está inserta en ámbitos locales densos, como lo son,
respectivamente, los centros comerciales y financieros, los gobiernos
nacionales y microestructuras locales de vida y de las luchas cotidianas,
respectivamente. Cada una de estas clases está guiada por una lógica única más
que por la multiplicidad de lógicas que conforma el núcleo del auténtico
cosmopolitismo: en el caso de las nuevas élites profesionales, su lógica es la
de la renta (más allá de que sus gastos culturales sean cosmopolitas), en el
caso de los funcionarios públicos, su lógica es la de ciertas cuestiones
estrictas y específicas de gobernabilidad dentro de su dominio particular; y en
el caso de la sociedad civil, las diásporas globales y las redes de
inmigrantes, su lógica es la de las luchas y los conflictos locales." p. 211
"El Estado-nación figura como un elemento fundamental por su
centralidad en las luchas de poder, cualquiera que sea su definición. Por el
hecho de que detenta el "monopolio del uso legítimo de la violencia física
dentro de un territorio determinado" y centraliza los aparatos represivos
e ideológicos estatales, dentro del espacio político nacional el Estado
funciona como un elemento esencial para el dominio de clases y, por lo tanto,
para la organización de dichas clases. Sin embargo, cuando la autoridad estatal
se invoca para organizar a actores no nacionales o para garantizar derechos
transfronterizos, el Estado afecta la organización de clases no sólo en escala
nacional, sino a través de múltiples escalas." p. 214
En los dos
últimos capítulos, Los actores locales en la política global y Nuevas formaciones
sociales, se remarca la necesidad de superar las fronteras nacionales tal como
las hemos entendido tradicionalmente y de superar la noción del Estado-nación
basado en un nacionalismo metodológico. Esto tiene que permitir coordinar unas
legislaciones globales y dominios digitales capaces de operar de manera
multiescalar sin los límites fronterizos tradicionales.
Es decir, es necesario superar las fronteras administrativas y
geográficas tradicionales para poder operar de manera transversal entre las escalas
transnacionales, supranacionales y subnacionales. Son
las grandes empresas globales situadas en el centro de la nueva economía global
las que rompen las geografías Estatales para imponer, en las diferentes
escalas, sus intereses globales. Esto obliga a reformular la jerarquía de
escalas que hasta ahora conocíamos, y con ello las diferentes estrategias de
desarrollo a nivel local y global, entendiendo que son parte de un mismo
sistema de vasos comunicantes conectados en red.
"Las ciudades y las nuevas geografías estratégicas que las conectan
pueden concebirse como elementos constitutivos de la infraestructura de la
sociedad civil y de otras esferas globales. Ahora bien, dicha infraestructura
se construye de abajo hacia arriba, mediante múltiples microespacios y
microtransacciones. En este paisaje político se inscriben diversas
organizaciones dedicadas a cuestiones transfronterizas en materia de
inmigración, asilo político, defensa de los derechos de la mujer, luchas contra
la globalización y muchas otras. Si bien no todas ellas poseen una orientación
o una génesis necesariamente urbana, suelen converger en las ciudades.
Irónicamente, las nuevas tecnologías de red, sobre todo la de Internet, han
fortalecido la cartografía urbana de estas redes transfronterizas. (...)" p. 238
“La globalización económica y las telecomunicaciones han contribuido a la
construcción de una espacialidad urbana que depende de las redes
transfronterizas desterritorializadas y de los espacios territoriales con
enormes concentraciones de recursos, fenómeno que no es completamente nuevo.
Hace siglos que las grandes urbes se encuentran en la intersección de procesos
de escala supraurbana e incluso intercontinental. (...) Lo que ha cambiado hoy
es la coexistencia en ellas))) de múltiples redes, así como la complejidad de
estas redes, su intensidad y su alcance. Ello implica un aumento de la cantidad
de ciudades integrantes de redes transfronterizas, que con frecuencia operan a
gran escala geográfica. En estas condiciones, gran parte de lo que se vive y se
representa como local es, en efecto, un microambiente con alcance global."
p. 240
“(…) (((A pesas e))) estar parcialmente inmersos en el espacio virtual, los
sectores económicos de avanzada de la actualidad conllevan una clase específica
de materialidad. Como ya se señaló, aun los más globalizados y digitalizados
(por ejemplo, el mercado financiero global) necesitan “pisar tierra” en algún
punto de sus operaciones. Y cuando lo hacen, esto sucede en vastas
concentraciones de estructuras y recursos materiales. Esta configuración arroja
luz sobre tres problemáticas relativas a lo local y al contexto, que atañen a
cuestiones relacionadas con la idea de que cada vez más actividades tienen
lugar tanto en el espacio digital como en el espacio real.” p. 281
Para Saskia Sassen estos son los
elementos esenciales para entender una sociología de la globalización, a pesar de que -como es natural- sea una
sociología más compleja y en permanente transformación, de más contenido de lo
que se puede recoger en el libro. No obstante, su obra marca las pautas sobre
las que gira la sociología de la globalización. Queda
claro, a lo largo de la lectura, que la metodología utilizada en sociología
tradicionalmente para el análisis de la sociedad se está quedando obsoleta.
Igual que sucede con el resto de profesiones, se han de buscar nuevos marcos
conceptuales que sean mucho más flexibles y rápidos, y con capacidad para
sintetizar y entender la complejidad a la que nos adentramos para intentar
conseguir tener una visión más holística del momento actual.
Entendiendo la dificultad que supone
llegar a vislumbrar alguno de los caminos de futuro hacia los que nos
dirigimos, la complejidad del presente y su velocidad de cambio permanente deja
a penas tiempo y fuerzas para llegar a entender el presente, y hace casi
imposible predecir un posible futuro.
En este libro, Una
sociología de la globalización, se pueden encontrar muchas de las claves para
entender el concepto que trata, pudiendo llegar a definir algunos de sus actores
principales y las líneas de investigación que hay abiertas. Un libro que ofrece
al lector nuevos campos donde poder profundizar y que le dará muchas pistas de
hacia dónde nos dirigimos a través de realidades más que palpables. Una lectura
interesante por el contenido, pero que al mismo tiempo demuestra que ser buen
sociólogo no es directamente proporcional a ser buen escritor. Una lectura en
la que en muchos momentos los argumentos se vuelven reiterativos hasta el
enfado y obliga al lector a demostrar su interés por el contenido para no
llegar a convertir el libro en un elemento más de decoración de nuestra
estantería. El esfuerzo de su lectura es más
que recomendado para asentar unas buenas bases de reflexión y de nuevos
intereses de investigación capaces de permitir entender de mejor manera el
momento de transformación que nuestra sociedad está viviendo a nivel local y
global.
Marc Chalamanch
Artículo publicado en Urban Living Lab el 28/02/2015
Saskia Sassen
Una sociología de la globalización
serie discusiones 323 páginas, 13x20cm
A sociology of globalization traducción: María Victoria Rodil
ISBN 9788493543266, rústica – España
Saskia Sassen es socióloga y economista por la
Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), y también graduada en
Filosofía y Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires. Nacida en La
Haya (Holanda, 1949), en la actualidad trabaja como profesora de Sociología en
la Universidad de Chicago, así como en la London
School of Economics. Sus investigaciones y su obra escrita se
centran en la movilización del capital y la fuerza de trabajo en el mundo
globalizado (incluyendo las dimensiones sociales, económicas y políticas), las
nuevas tecnologías y los cambios resultantes de las condiciones de
transnacionalidad de los estados actuales. Los análisis del impacto que estos
fenómenos han tenido sobre las ciudades han convertido a Saskia Sassen en una
referencia para la sociología urbana anglosajona. A ella se debe la
identificación y descripción del fenómeno de la Ciudad Global.
Comienza su investigación
sobre la Movilidad del trabajo y el capital en Cambridge University Press en
1988, donde desarrolla su tesis
acerca de que la inversión extranjera en los países menos desarrollados puede
aumentar la probabilidad de emigración si va dirigida a los sectores de trabajo
intensivos y/o devasta la economía tradicional (planteamiento que refutaba las
nociones establecidas con anterioridad, sobre que tal inversión sería retener a
los emigrantes potenciales).
En La Ciudad Global (Princeton
University Press, 1991; 2ª ed. 2001), investiga
sobre la idea de que la economía mundial necesita inserciones territoriales muy
específicas, y que esta necesidad es más aguda en el caso de sectores altamente
globalizados y digitalizados, tales como la financiación (planteamiento que
refutaba las nociones establecidas en el momento en que la economía global
trascendió territorio y sus sombrillas reguladoras asociadas).
En su tercer gran proyecto
galardonado, Territorio, autoridad, derechos: en Medieval a Global Assemblages
(Princeton University Press, 2006), su
tesis es que las globalizaciones parciales pero fundacionales de hoy, desde lo
económico a lo cultural y subjetivo, se llevan a cabo en gran medida en el
interior del núcleo y los entornos y las instituciones nacionales. Esto hace que la globalización sea en
parte invisible porque se viste como nacional, incluso a medida que se
desnacionaliza lo que fue construido históricamente como nacional.
Actualmente
desarrolla el proyecto (((When Territory Eits Existing Framings))), bajo
contrato con la Harvard University Press. Además de sus cargos en la
Universidad de Columbia, Saskia Sassen es miembro de varios consejos
editoriales y asesora de varios organismos internacionales. Es miembro del Consejo de Relaciones
Exteriores, y miembro de la National Academy of Sciences
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