25.5.09

La verdad como certeza. La verdad como incertidumbre

"(…) Por lo contrario, el horror urbano a lo visceral se acrecienta precisamente por la ausencia de familiaridad; tiene mucho que ver con la actitud del urbanita ante la vida y ante la muerte. Ambas son instancias secretas, que deben ocultarse pues alteran los momentos. En ambos casos, tanto en la vida como en la muerte, resulta imposible establecer, pues la primacía de la interiorización, ese proceso tan invisible.

El ideal urbano yace en su brillante superficie (brillante en tanto que cromática); informa todo cuanto se le presenta, tiende al establecimiento de una premisa: no hay nada más detrás de todo esto. La experiencia urbana tiende sólo a la exclusión de lo que no se quiere interiorizar. Cuanto está dentro de su concepción puede explicarse (y no hablo en términos propios de la biología molecular, sino en términos de lo cotidiano); eso se explica mediante un mecanismo de mensura lo que sea preciso incluir para despreocuparse del resto. Lo exterior, simplemente, se visualiza mediante un mecanismo de duplicación conveniente para poder explicarlo a través del empirismo.

Para el campesino, sin embargo, lo empírico es una ingenuidad. Trabaja siempre con lo previsible, con lo que emerge. Lo que es visible resulta para es un signo de lo invisible. Palpa una superficie que le llena la mente con la imagen más perfecta de lo que yace oculto. Lo que más teme, pues, es una modificación de esas circunstancias, no poder controlar el proceso como acostumbra a hacerlo.

Las fábricas producen una serie de cosas idénticas. Pero no hay dos campos, no hay dos ovejas, no hay dos árboles iguales (las catástrofes del campo se producen cuando la pretendida revolución verde diseñada por expertos que hacen vida de urbanitas imponen su planificación ignorante de los ciclos naturales, de la heterogeneidad de la naturaleza). La computadora es, en nuestros días, la “memoria”, el yacimiento de la información urbana: pero en la cultura campesina el mundo perfectamente ordenado se mantiene a través de la tradición oral, que es lo que informa de cómo han de hacerse las cosas a través de las generaciones. La computadora ofrece una respuesta concreta a una pregunta concreta. La tradición oral ofrece respuestas heterogéneas a preguntas igualmente heterogéneas. La verdad como certeza. La verdad como incertidumbre.”

El palacio ideal
John Berger, Siempre Bienvenidos

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