“El restablecimiento de fuertes vínculos entre la ciencia contemporánea y el arte no implica que la arquitectura vaya a recobrar su anterior condición de disciplina global. El arquitecto ya no puede aparecer a la vez como científico y artista, tal como habría querido Vitruvio. La ambición de William J. Michell de transformar de transformar el arquitecto en el jefe de la obra del ciberespacio tal vez sea igualmente poco realista (city of bits: Space, place and the infobahn) . La nueva dimensión virtual de la arquitectura es más sinónimo de la posibilidad de participar plenamente en el desarrollo del mundo, con modestia y decisión. Más allá de la utopía, aún hay mucho que hacer para un oficio que Diderot y d’Alembert situaron en su día bajo el paraguas de la imaginación (Sytème figuré des connoissances humaines).”
Del artículo “Arquitectura, ciencia, tecnología y el reino de lo virtual” Antoine Picon, 2003.
Recogido en el libro “La digitalización toma el mando” de Lluís Ortega.
1 comentario:
Coincido con la postura de Diderot y d'Alembert.
Si supeditamos nuestra creatividad a "reacciones" algorítmicas corremos el riesgo de ser no manipuladores de espacios si no de ordenadores.
Tal vez el arquitecto nunca fue o no vuelva a ser el "hombre del renacimiento" que enarbolaba la sabiduría como su principal don, pero nos debemos al ser humano sus necesidades y dignificación por tanto nuestro oficio como comentas debe ser modesto pero decisivo.
Pensar que la nueva arquitectura es un intento burdo de “copia” las estructuras de la naturaleza, o la aplicación de la ciencia detrás de los ordenadores desplaza al hombre a un elemento decorativo de una arquitectura superflua, sin vida.
La arquitectura deberá ser siempre esa comunión perfecta entre forma y función
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