8.5.07

"He conocido a algunos finlandeses veinteañeros que crecieron con la telefonía móvil y ahora diseñan tecnologías capaces de incrementar el capital social en lugar de dilapidarlo. Están construyendo un "espacio vital urbano compartido" que combina una ubicación física, una comunidad virtual, una red social móvil, una organización cooperativa, "un anticibercafé donde no hay pantallas pero la tecnología está presente, donde es posible estar juntos y realizar actividades colectivas a través de un entorno social único". La idea surgió cuando cuatro jóvenes se reunieron con un empresario norteamericano que quería "hablar con los "chicos Internet" sobre la instalación de un cibercafé en Helsinki".
Cuando los "chicos Internet" finlandeses se planteaon "por qué son una mierda los cibercafés", comenzaron a soñar con lo que denominaron "Aula, un salón urbano para la sociedad en red". Aula, una mezcla de proyecto empresarial, objetivo filantrópico e investigación sobre la cultura móvil, se encontraba en ciernes cuando entrevisté a sus creadores.
"Los cibercafés -declararon- son una mierda porque no son locales sociales. Allí la gente no se reúne."
Los jovenes que rechazaron la idea de cibercafé decidieron crear un espacio público donde "el consumo fuera posible, pero no obligatorio, y donde estuvieran también presentes la producción y la interacción."

Howard Rheingold
Multitudes inteligentes. La próxima revolución social

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