10.3.09

De lo no objetivo a lo global

[…] Gehry ha adoptado, aunque con un propósito distinto, un procedimiento semejante al que empleó su predecesor para eliminar la objetividad del valor simbólico de la espiral y disponer de ella a su antojo. Gehry ha usado el Guggenheim de Wright como un modelo y luego lo ha sometido a una autopsia implacable. Hecha esta operación, ha sacado de allí lo que le ha parecido provechoso y ha construido una obra que se ofrece a la vista como un conglomerado de polimatérico que congela, fijándolo en un fotograma, un proceso de descomposición real.
A la vista de la presentación que hace el Guggenheim de Bilbao de este procedimiento y de su resultado, el éxito del edificio podría parecer paradójico. Ahora bien, el entusiasmo con que han acogido esta obra de Gehry los que profesan el moderno culto a los museos se explica por la destreza con que el arquitecto ha sabido aprovechar y adecuar un recurso conocido. En realidad, no es sino el ardid que ya empleó Dalí con las obras de Gaudí: al describirlas como “puestas en escena de espectáculos obscenos”, Dalí le reconocía al arquitecto el mérito de hacerlas “comestibles”. Así hoy, cuando es legítimo calificar a los museos de “globales”, podemos sentirnos igualmente autorizados a atribuir ese adjetivo a Gerhy y a sus clientes.”

Francesco Dal Co
El museo Guggenheim: de templo del arte no objetivo a museo global

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